Pocos animales considerados domésticos producen tanta repulsión como lo hacen las cucarachas. De manera instintiva, las personas huyen despavoridas o se arman de valor para acabar con ellas en cuanto aparece la primera. Es un insecto que parece diseñado para asustar y asquear a las personas, siendo realmente temidas por el conjunto de la sociedad.
Los motivos por los que se siente esta aversión están más que justificados, ya que son vectores que propagan enfermedades muy fácilmente. Allá por donde pasan van contaminándolo todo, incluido, por supuesto, los alimentos. El motivo son los microorganismos altamente nocivos que transportan en su superficie o en su interior, y que van trasladando desde sus nidos hasta cualquier lugar por el que transiten buscando comida.
Enfermedades contagiadas por las cucarachas
Ya sea por contacto directo y sus más de 40 tipos de bacterias y otros patógenos, como hongos, virus, parásitos y protozoos que transportan sobre sus cuerpos, como por la deposición de heces que van dejando tras de sí, estas son algunas de las enfermedades que se transmiten a las personas;
- Alergias
Más común de lo que en principio se pudiera suponer, estos repulsivos insectos producen alergias como la rinitis, el asma o picores, entre otros. No es provocada por ningún patógeno, son sus excrementos y otros desechos los que los producen al ser inhalados o por sus propias picaduras.
- Salmonelosis
Posiblemente la más común y fácil de desarrollar. Se traslada cuando este insecto entra en contacto con comida infectada de Salmonella. Entonces la bacteria que la produce se puede depositar en cualquier utensilio y otras comidas, expandiendo salmonelosis que tiene como consecuencias las habituales de una intoxicación alimentaria, es decir, diarrea, vómitos, fiebres de diferente grado…
- Cólera
Diarrea aguda producida por las heces de las cucarachas contaminada por la bacteria Vibrio cholerae.
- Listariosis
Esta otra enfermedad se trasmite a través de comida contaminada, además de fiebre, dolores musculares y diarrea, es especialmente peligroso con las embarazadas, pues puede provocar abortos espontáneos.
- E. coli
Se trata de una bacteria localizada en el intestino de los seres humanos, como regla general, es infecciosa, pero si se produce una infección alimentaria, puede producirse una intoxicación grave.
- La fiebre tifoidea
Una enfermedad producida por la bacteria Salmonella typhy, teniendo como causa un mal saneamiento del agua junto a que la cucaracha responsable porte esta bacteria cuando consumen heces contaminadas.
- Poliomielitis
Enfermedad casi extinta que afecta a niños menores de 3 años, si el virus llega a invadir el sistema nervioso, producirá parálisis.
- Disentería
Producida por distintas bacterias presentes en las cucarachas. Se trata de una enfermedad gastrointestinal que inflama el intestino.
- Lepra
Los excrementos de las cucarachas, si se inhalan y porta la bacteria Mycobacterium leprae causará llagas en la piel. Afortunadamente, este mal está bastante controlado en la actualidad.
Cómo evitar el contagio de enfermedades transmitidas por las cucarachas
Los riesgos de infectarse de alguno de los males antes mencionados se reducirán notablemente llevando una estricta y constante higiene en el entorno de los alimentos. Se deberá, fundamentalmente, lavar bien las manos, así como el resto de herramientas, utensilios y alimentos antes de que sean ingeridos. También es importante que se cocinen bien y evitar comer los alimentos crudos sin lavarlos. Por otro lado, se deberá mantener la cocina bien limpia, sin desperdicios, residuos o restos de comida.
No obstante, la medida fundamental no es otra que la de contar con una empresa especializada en la eliminación de plagas en el momento en el que existan sospechas de que se está padeciendo este tipo de ataque biológico en el inmueble.
Señales de alarma ante una posible plaga
Esta, que es una de las plagas más persistentes y molestas, es también de las más difíciles de detectar. Se trata de unos animales con una gran capacidad de adaptación, facilidad para ocultarse, así mismo, un entorno apropiado les permite multiplicarse muy rápidamente, evitando los intentos para acabar con ellas.
La observación es fundamental para detectar una posible plaga en la vivienda, en un local comercial, empresa, industria… Se hace necesario inspeccionar de forma minuciosa cada mueble, rincón, electrodoméstico, e incluso la ropa en busca de señales, como cucarachas vivas (sobre todo si salen a plena luz del día), ootecas o huevos de cucaracha, restos de su cuerpo, como las pieles, sus excrementos (pequeñas bolas negros de menos de 1mm de ancho), mal olor por agua estancada o basura orgánica acumulada, objetos dañados…

La erradicación de las cucarachas
Una vez asegurados de que no se trata de una visita esporádica, sino que realmente estamos ante una invasión, el paso más aconsejable para lograr una erradicación total de estos indeseados inquilinos será la llamada a una empresa exterminadora especializada, como Sanidelia.
Con una llamada a estos profesionales se determinará tras una inspección en profundidad si, en efecto, existe una plaga de cucarachas, determinando rápidamente cual será el procedimiento y estrategia más eficaz para su erradicación. Además, con la acción de este equipo, además de utilizar productos completamente ecológicos, se proyectarán soluciones para que en el futuro se aseguren de que estas infestaciones no volverán a producirse.
El proceso comienza por identificar los nidos de cucarachas, como son los muebles de madera, las aperturas y grietas en paredes y muebles, tuberías del baño o de la cocina, las salidas del gas o conductos de calefacción y ventilación, electrodomésticos, cajas, cajones o debajo del parqué o moquetas, si existieran.
También se deberá localizar las entradas que estos insectos puedan utilizar para conquistar los espacios de interior de las viviendas, como pueden ser los falsos techos, las puertas, los residuos acumulados, los envases y productos alimenticios que se traen de la compra…
Después se pulverizarían los lugares de anidamiento y de paso de estos animales. Así mismo, se sellarán los huecos y las aperturas de entrada para que no vuelva a darse este ataque. Los productos a utilizar deberán ser ecológicos y seguros para el resto de ocupantes de la vivienda, ya sean personas o mascotas, pero efectivos en la eliminación de estos duros insectos.
Además, el tratamiento llevar incorporada la eliminación de excrementos, manchas y malos olores, que puedan ser portadores de los patógenos transmisores de las enfermedades, usando un desinfectante apropiado.
Acciones posteriores
Para asegurar la eficacia del tratamiento y prevenir futuras infestaciones, habrá que cambiar los hábitos que han facilitado este primer ataque, creando y manteniendo unas condiciones óptimas de higienes en cada rincón de la vivienda. Se recomienda limpiar con vinagre y limón, repelentes naturales de estos insectos, e incluso colocar hojas de laurel en las zonas que sirvan de paso. También es aconsejable verter amoniaco en los lavaderos y fregaderos para hacerlas desaparecer de los conductos de desagüe.
Del mismo modo, el cuidado de las instalaciones en cuanto a estructura es fundamental, evitando la aparición de grietas, conductos y zonas de acceso a estos insectos. La colocación de mosquiteras en ventanas es uno de los remedios más eficaces en este sentido.