Las chinches son unos pequeños y molestos insectos, bastante difíciles de detectar por esconderse en lugares como los colchones, los muebles, las alfombras, las sábanas, las grietas de las sillas, los armarios, llegándose a localizar incluso detrás de los empapelados de las paredes.
Son animales que aparecen de improviso, cuando su grupo ha crecido lo suficiente como para dejar de pasar desapercibidos por los moradores de la vivienda. Un buen día te acuestas como siempre, pero te levantas con picores en la piel y enrojecimientos de pequeño tamaño repartidos por todo el cuerpo.
Comienzan las preguntas, ya que no se entiende cómo de repente se está padeciendo este imprevisto ataque biológico tan molesto. La primera de ellas: ¿cómo han llegado hasta aquí?
¿Por qué medios se introducen las chinches en casa?
Las chinches no aparecen como por arte de magia en las habitaciones, aunque, en ocasiones, pudiera parecerlo. Lo más seguro es que sea el mismo inquilino el que las haya introducido, aunque también es posible que se hayan trasladado de alguna casa vecina a través de los conductos de instalaciones eléctricas o de fontanería.
Sin embargo, la forma más habitual por la que se permite la entrada de la conocida científicamente como Cimex lectularius, es después de haber dormido en una habitación de hotel o pensión y traerlas enganchadas en la ropa. También es normal que vengan en colchones recién comprados, pero que han estado almacenados mucho tiempo, ropas de cama e incluso muebles.
En cualquier caso, es importante señalar que la aparición de estos seres no está relacionada con una mala higiene ni con la limpieza de una vivienda.
Acciones para que las chinches no entren en casa
Lo que se debe hacer para evitar este tipo de invasiones es revisar todo mueble que se compre, especialmente aquellos que son adquiridos de segunda mano, aunque cualquiera que haya sido expuesto durante cierto tiempo sufre el riesgo de traer huevos de este animal.
Es más habitual de lo que en principio se pudiera suponer que los hoteles tengan chinches agazapadas en cualquier rincón de la habitación, esperando un medio de transporte para conquistar otros espacios. Es importante, por tanto, no dejar nunca el equipaje sobre la cama, sofás o cualquier mueble con alguna tela encima, algo muy normal para redistribuir la ropa en cajones y roperos. Lo más aconsejable es abrir este equipaje en el salón, sobre la mesa del comedor o incluso en el cuarto de baño, en superficies claras y lisas, en cualquier caso.

Es interesante, por el motivo mencionado, que se analicen las reseñas y comentarios de los hoteles que se vayan a ocupar, quizás algún cliente señale este problema. Así mismo, es necesario que se realice una somera revisión de los lugares que podían estar ocupados por las chinches, como los colchones, las sábanas, las moquetas…
Por último, no está de más sellar los huecos de las instalaciones y conductos existentes en el domicilio que se comuniquen con otras viviendas. No se sabe qué hay en otras casas, sobre todo en pisos con cierta antigüedad.
La reproducción de la chinche, la clave de su éxito
Los chinches tienen un estilo de vida críptico, es decir, pasan la mayoría de su vida escondidas en grietas, tejidos y rajaduras donde no son vistas, se sienten cómodas y nadie las molesta. Se vuelven activas entre las 12:00 y las 5:00 de la mañana. Durante este tiempo, cuando las personas dormimos, estos insectos aprovechan para alimentarse de nuestra sangre.
Cuando los adultos están bien alimentados, comienzan a aparearse. Los más comunes, los de la familia Cimicidae, poseen un característico método para aparearse llamado “inseminación traumática”. El motivo de este nombre es debido a la forma que tiene el macho de insertar su órgano reproductivo (el paramere) en la genitalia de la hembra, ya que literalmente la apuñala en la parte derecha de su abdomen (en el berlese). El esperma del macho se deposita entonces en el abdomen de la hembra y migra hacia los ovarios, donde finalmente fertilizará los huevos de la hembra.
La hembra chinche será capaz de producir más huevos cuanta más sangre consuma. Su promedio es el de producir entre 1- 7 huevos por día durante aproximadamente 10 días después de consumir la sangre. Después, tendrá que alimentarse de nuevo para seguir produciendo más huevos.
En términos generales, una hembra puede producir entre 5 y 20 huevos por alimento. Además, el número de huevos machos y hembras producidos son los mismos. A lo largo de toda su vida, una hembra puede producir alrededor de 113 huevos, que podrán ser puestos de forma individual o en grupos y en cualquier lugar de una habitación.
Los huevos tienen una mínima tasa de mortalidad a temperatura ambiente, generalmente más del 97% de cada puesta logra eclosionar. En condiciones óptimas, alrededor del 60% ya están naciendo 6 días después de puestos, el 90% en los 9 días posteriores. El tiempo de eclosión de los huevos puede incrementarse por muchos días si se baja la temperatura del ambiente (50ºF) sin que la cría sufra riesgos.
Como consecuencia al elevado número de huevos que una hembra puede producir en condiciones óptimas (temperatura entre 70° F y 90° F y la presencia de humanos), la población de chinches puede doblarse en número cada 16 días.
Cómo acabar con una plaga de chinches
Como no podía ser de otro modo, la forma más sensata, rápida y fiable de acabar con un ataque biológico de estos insectos es llamando a un equipo profesional, que lleve a cabo un trabajo meticuloso de desinfección de toda la vivienda con productos apropiados. Hay que tener en cuenta que estos animales han logrado desarrollar defensas ante determinados insecticidas.
En cualquier caso, se deberá lavar toda la ropa si se sospecha de su presencia y todavía no se ha convertido en plaga. Los tejidos de la cama se deberán sumergir en agua cliente y dejarla secar a temperatura ambiente durante al menos 30 minutos. Así mismo, se usará un rociador específico para matar a estos insectos.
El diclorvos (DDVP) es un organofosforado de reconocida efectividad como plaguicida para espacios reducidos. Si se pretende utilizar en edificios comerciales o instalaciones industriales, el propoxur, un metilcarbamanto, es más recomendable, siempre que no haya personas en el entorno cuando se esté usando.